Otro episodio inútil acerca de un cantante llamado Ike-P; que absurdo suena ¿No?:).
Este episodio 8 continua la aventura del 'Hot-Pot Club Go-Home', solo que esta vez echamos un vistazo a la vida de los músicos Ostinato mientras µ sigue durmiendo; Sweet-P está haciendo su mejor esfuerzo para seguir siendo cursi y de moda; Mirei está viviendo una vida lo más lujosa posible, e Ike-P está luchando por mantener su estado como el número uno de Mobius. El problema es que el poder de µ se está desvaneciendo, y todas las vidas de los músicos comienzan a desmoronarse cuando la totalidad de Mobius comienza a cerrarse.
Sin embargo, no importa el tiempo de pantalla que dedique Caligula a cada uno de los conflictos personales de los Músicos, ninguno de ellos se siente tan remotamente interesante, y se hace más difícil para un espectador promedio como yo ver un episodio completo. Sweet-P y Mirei ni siquiera tienen mucho que hacer esta semana fuera de enloquecer por sus problemas de ganancia de peso y tarjetas de crédito anuladas. Sus preocupaciones son demasiado mezquinas y egoístas como para tomarse demasiado en serio, y si bien reconozco que ese podría ser el punto, el hecho es que estos personajes son tan superficiales, el tiempo prolongado pasado con ellos se siente desperdiciado.
Estos últimos episodios han sido terriblemente aburridos. Los personajes de cada lado del conflicto y los argumentos de la trama son vacíos, el cual al parecer no le importa serlo. Solo queda esperar por una “última esperanza” en los próximos episodios:).