Director(a): Lynne Ramsay
Por momentos esta película se hace algo confusa, pero está claro que su violencia se canaliza a través de un evento traumático que le ocurrió al protagonista en el pasado.
Su trama es algo parecido a la película "Taxi Driver". Ambos filmes observan que los hombres psicológicamente dañados, distorsionados por el conflicto, no logran reintegrarse en la sociedad.
Esta historia sigue a 'Joe' (Joaquín Phoenix), quien, después de temporadas en la Infantería de Marina y el FBI, ha caído en una depresión crónica el cual lo canaliza a través de la violencia, incluso para apaciguar estos deterioros mentales, trabaja como un asesino. Su arma predilecta es un martillo. Él parece especializarse en el rescate de niñas traficadas (por una red de pedofilia), y los flashbacks que lo atormentan cuentan la historia de depredadores masculinos que abusan de mujeres y niños, vive atormentado de esos recuerdos y de las experiencias no tan saludables de su infancia.
Solo cuando cuida a su frágil y anciana madre, con la que aún vive, logra mantener una apariencia de vida normal.
Es la actuación torturada y atormentada de Phoenix como el solitario con una racha violenta, el corazón mismo de la película. El único beneficio de su 'profesión' es que sirve de protector.
También hay un elemento misterioso/thriller cuando su mundo, pasando de su sangriento trabajo a otro, se ve interrumpido por los trucos sucios de un político, desencadenando sus propios demonios y alucinaciones. Hay momentos de verdadera belleza en las primeras escenas que muestran a Joe cuidando a su anciana madre, mostrando una dulzura que delata sus horas de otro modo violentas.
La dolorosa combinación de culpa, pérdida y deterioro mental que actúa a través de la violencia se hizo con un esfuerzo artístico muy realista. Sin embargo, la película no tiene el mismo impacto a su otro filme de la directora Ramsay, "We Need to Talk About Kevin", su película de 2011 sobre una madre que trata con su hijo, cuyo comportamiento oscuro continúa creciendo hasta que actúa sus impulsos de psicopatía.
En muchos sentidos, "You Were Never Really Here" es solo una versión de la película "Taken" (Búsqueda Implacable), aunque ingeniosamente Ramsay ha disfrazado y construido un entorno más claustrofóbicos y psicológicos. Hay un momento significativo en la película cuando Joe recorre una mansión para encontrar a Nina.
No se puede negar la maestría de Ramsay en "You Were Never Really Here", que, al igual que su película de 2011 "We Need to Talk About Kevin", califica como un brillante ejercicio de formalismo y profundo retrato psicológico. Aun así, tampoco se puede escapar al hecho de que ella ha reunido sus dones al servicio de una historia llena de fantasías pseudo-sociópatas. Esta es una buena película, tal vez incluso una excelente. Pero honestamente no puedo decir que me gustó.
-- Revisado el Jueves 16 de Agosto del 2018 —
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