Un final de temporada apropiado para una serie que ya se convirtió en mis favoritas.
Daniels y la evidencia de corrupción política de McNulty son de poco interés para el FBI, pero la unidad decide no entregar el caso al FBI, sino buscar otras direcciones, por lo que los involucrados en el tráfico de drogas sean arrestados o sacados de la calle. Daniels y McNulty se enfrentan a la ira de sus superiores por incumplir órdenes para una resolución rápida del caso. D'Angelo está convencido de estar con su familia después de una visita de su madre. El detalle tiene suficiente información para arrestar a Avon y a muchos de su gente, pero Stringer queda en la calle. Los negocios se reanudan en el pozo con Bodie y Poot liderando el camino.
Comentario final:
Una serie muy entretenida, tiene grandes momentos y episodios memorables. La primera temporada de ‘The Wire’ sigue una compleja y absoluta investigación policial ambientada en las calles oestes de Baltimore. Tomando el punto de vista tanto de la policía como de los traficantes de drogas.
Sin dar demasiado, la premisa básica es que la policía de Baltimore tiene la mira puesta en acabar con el capo de la droga Avon Barksdale. En más de 13 episodios, The Wire narra una turbulenta investigación realizada por un grupo de trabajo variopinto que trabaja con equipos de baja tecnología desde un sótano frío, incluyendo un montón de casos difíciles, persecuciones, tiroteos (ambos con armas de fuego y con cámaras) y escuchas telefónicas. Es un elaborado juego del gato y el ratón que muestra la guerra contra las drogas desde diferentes lados.
Es fácil perderse en la red cada vez mayor de traficantes de drogas, usuarios, delincuentes que roban a delincuentes y soplones si no le estás prestando mucha atención. Pero quédate con el espectáculo, y te espera una experiencia gratificante y brutalmente realista que no olvidarás pronto.
Las actuaciones son maravillosamente realistas, profundas y completamente creíbles.
Pero para apreciar realmente The Wire, tienes que ver toda una temporada. A diferencia de la mayoría de los espectáculos, The Wire no se preocupa de servir suspensiones de acantilado para que sintonices la próxima semana. Una temporada de The Wire es como un buen libro. Existe una historia definida, con profundas comparaciones entre el narcotráfico y la aplicación de la ley. Te pierdas un episodio, y rápidamente perderás control sobre la narrativa.
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