Quizás sea el anime más provocativo del año, y la verdad sí que me encanta. Esto es algo nuevo, algo fresco, algo así ya esperaba desde hace tiempo en el anime. Tal vez se convierta en una obra maestra clandestina.
El personaje Fudo ha cambiado drásticamente de personalidad y de físico, de lo que fue en el primer episodio; y como el mismo menciona, su cuerpo por dentro prácticamente ya se convirtió en un demonio, y por momentos se comporta como tal (lujuria, bula, ira y casi todos los pecados capitales son cometidos). En la escena final fue otra demostración de su poder demoniaco, pero su secreto corre riesgo de ser expuesto al público. La banda sonora también está de lujo.
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