★★★½
Un episodio de entretenimiento puro pero con un significado "profundo" sobre la codicia humana y sus consecuencias, además de ser quizás el capítulo más perturbador de la serie. Me ha dejado algo impresionando por algunas de sus escenas.
Es fácil olvidar que los shows infantiles debes en cuando pueden ser 'oscuros', aunque la historia del tren fantasma, creo que todavía es el más oscuro, pero particularmente en este episodio representa un contexto de la sociedad de hoy.
Los niños probablemente hayan escuchado acerca de algunos problemas sociales graves que suceden en el mundo. Este episodio aborda la crisis de refugiados en Europa cuando el Hombre Rata se involucra con Wanyudo, un yokai que se alimenta de almas humanas y los convierte en diamantes; los dos organizan un plan donde el Hombre Rata lleva personas codiciosas a la cueva de Wanyudo. Wanyudo se come sus almas y convierte sus cuerpos en diamantes, posteriormente el hombre rata vende estos diamantes a las personas más codiciosas para continuar el ciclo. Este no es un gran plan, pero cuando el Sindicato de Diamantes se involucra, comienzan a enviar contenedores llenos de refugiados de Medio Oriente, presumiblemente con la promesa de una vida mejor. Una vez en Japón, son asesinados rápidamente, lo que le da a "diamante de sangre" un significado completamente nuevo.
La codicia es el problema obvio en el núcleo de este episodio. Wanyudo es codicioso de las almas, el sindicato de diamantes (y en menor medida el hombre rata) son codiciosos de las ganancias, y las personas que compran los diamantes son codiciosos por prestigio personal. El acuerdo original entre Wanyudo y el Hombre Rata era sacrificar personas muy codiciosas dispuestas a sacrificar su sustento por rocas brillantes. Los refugiados, por otro lado, solo quieren mejores vidas y la oportunidad de comenzar de nuevo: necesidades y deseos humanos básicos como la seguridad y la felicidad. De ninguna manera merecen el trato que reciben a manos del sindicato y de Wanyudo, dejando al Hombre Rata incómodo con todo el asunto.
Al principio del episodio, el Hombre Rata y Kitaro tienen una disputa, y el Hombre Rata menciona que es mitad humano y mitad yokai. No da muchos detalles pero deja en claro que no encaja en ninguno de los dos, el cual siempre ha estado solo, y para compensar ese sentimiento de soledad, se pasó la mayor parte de su vida tratando de ganarse comodidades materiales. El rechazo de Kitaro a su plan de diamantes es la gota que colma el vaso para alguien que se siente tan juzgado. Sin embargo el Hombre Rata necesitara la ayuda de Kitaro para detener a Wanyudo.
El mensaje final del episodio es que la codicia puede engendrar crueldad, y eso puede hacer que los humanos sean más temibles que cualquier yokai.
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