viernes, 10 de agosto de 2018

Chio-chan no Tsuugakuro. Episodio 04

★★★



El humor es extraño pero de alguna manera logra divertirme. Como desearía que todas esas escenas cundo voy a estudiar o trabajan me sucedan para que la vida sea más disfrutable:). 
Este tipo de comedia casi exclusivamente lo encontraras en el anime, de eso si esto seguro.

Cuando un intento fallido de realizar un sueño de toda la vida deja a Chio con un cigarrillo usado, ella y Manana deciden aprovechar al máximo la situación. Sostienen una sesión de fotos improvisada en un callejón desierto, haciendo las posturas más frescas que se les ocurran mientras sostienen la valiosa pieza de basura, pero su cigarrillo usado recién encontrado les puede traer algunos problemas cuando llegan a la escuela. Más adelante en el episodio, Chio y Manana se topan con Andou, quien abandonó su estilo de vida pandillera motorista y consiguió un trabajo repartiendo periódicos. Chio se ofrece como voluntario para ayudar a Andou, pero su motivación resulta ser tan noble como parece. El episodio termina con una repetición del incierto dilema de saludo desde el comienzo de la serie, y la solución de Manana resulta ser incluso menos efectiva que la de Chio.



La historia de los cigarrillos comienza lentamente, con las bromas iniciales de Chio y Manana que se quedan un poco cortas respecto del estándar habitual del programa. Afortunadamente, las cosas comienzan a resurgir una vez que Chio pone sus manos en el cigarrillo usado convertida en  tesoro. La sesión fotográfica produce algunas imágenes divertidas y tontas, y la escena en general captura la sensación de estar jugando con un amigo.



A continuación tenemos la secuencia del periódico, que tiene sus momentos a pesar de sentirse un poco extenuada a veces. La imagen de Andou con ropa de trabajo y una bicicleta en lugar de su uniforme de pandillas y su motocicleta es un divertido cambio de ritmo, y también habla de lo rápido que la serie ha logrado trabajar a través de su arco de personajes. En el espacio de unos pocos episodios, ha pasado de ser un obstáculo intimidante a un objeto de compasión. También hay humor en el impacto inicial de la ira violenta de los clientes, junto con las elaboradas acrobacias que realizan Chio y Manana para evitar el némesis gruñón de Andou.



Solo me preocupaba que la serie empezara a desgastar su premisa en cuanto a la configuración del episodio y sus chistes, pero por ahora parece que se está estableciendo en un cómodo ritmo de comedia. La química entre los personajes principales está empezando a llegar a un punto en el que la serie puede arrojarles un nuevo escenario y dejar que el humor suceda de forma natural. Esa es una buena señal para el largo plazo, ya que significa que el programa puede mantener su impulso sin recurrir a trucos de comedia desechables.


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