martes, 25 de septiembre de 2018

Chio-chan no Tsuugakuro. Episodio 08

★★★½



Chio y Manana se han acercado lo suficiente a Yuki Hosokawa para decir que comenzaron a llamarla por su primer nombre, pero siguen sorprendidas cuando aparece Yuki con un atuendo deportivo un tanto sugerente. Chio intenta silenciosamente seguirle la corriente, lo que tienta a Manana a hacer que la situación sea tan incómoda para Chio como sea posible. Más tarde, Chio realiza otro juego imitando a los videojuegos que casi siempre imita, esta vez una técnica especialmente peligrosa para escalar un edificio. Cansado de las acrobacias de Chio, Manana se vuelve loca y corre para enfrentarla en el techo, pero comete un error crítico en el camino. Finalmente, aprendemos un poco más sobre la miembro del comité disciplinario de la escuela Momo y cómo terminó en su posición actual.

El último ascenso de Chio al peligro recuerda al primer episodio del programa, y este episodio (específicamente el segmento donde Chio escala temerariamente un edificio) lanzar un par de bromas autorreferenciales. El más notable de estos es el regreso del hombre calvo, que en este caso está en el trabajo en vez de cepillarse los dientes (del primer episodio). Es divertido ver que el mismo personaje aparece para causar esencialmente el mismo problema para Chio. La presencia de Manana también es una ventaja, y la revelación de que ella se marchó hacia el techo equivocado se maneja muy bien. En general, este segmento logra un equilibrio decente entre sus llamadas a episodios anteriores y su material original, y los muy diferentes viajes de Chio y Manana al tejado llegan a un punto dulce donde son lo suficientemente ridículos como para ser entretenidos.

En cuanto al último segmento, volver a Momo es una opción interesante para la serie; no impresionó mucho en su primera aparición, así que no necesariamente esperaba que ella regresara, mucho menos tener su propia historia. Aquí nos muestran que es una chica incómoda que encuentra un lugar para ella a través de una actividad escolar fuera de casa. Ayuda a explicar por qué Momo toma su papel tan en serio, la alumna más disciplinada. Incluso si no es la cosa más emocionante, es al menos algo dulce, y se ajusta perfectamente a la cantidad de tiempo que se le da.

Chio-chan sigue demostrando una comedia constante. Las dos primeras partes de este episodio se centran en los elementos clave del atractivo del programa: el atuendo de Yuki pone de manifiesto la torpeza social de Chio y los instintos asesinos de Manana, mientras que la escalada del callejón devuelve las acrobacias maravillosamente absurdas. La historia final, por otro lado, es otro caso de la serie quiere probara a diferentes personajes.





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