Ya era hora de que los Protagonistas lleguen a Japón, donde descubren que hay otro clan de gárgolas, y para su sorpresa viven en armonía con los humanos.
Por primera vez, vemos una comunidad humana vive en paz y armonía con un clan de gárgolas. Ishimura (humano) tiene la función crucial de demostrar que las creencias de Goliat de que los humanos y las gárgolas algún día podrían vivir en paz, son realizables. Sin embargo Ishimura, que pronto sale como un aparente 'antagonista' del episodio, sus motivaciones no tienen nada que ver con el odio o el prejuicio. Lo que impulsa a Taro Ishimura a secuestrar a las gárgolas no es el miedo, sino la codicia, la oportunidad de dedicarse a una pequeña explotación económica mostrándolas en un parque temático de gárgola y cobrando la entrada. Y lo sorprendente es que convoque una conferencia de prensa al anochecer, cuando las gárgolas despierten de su sueño matutino.
A pesar de un comienzo prometedor, este episodio tuvo un desarrollo de su historia muy corriente y casi insustancial, claro que al ser una serie episódica, mayormente se basa en historias secundarias y muchas de ellas resultan menos atractivos como en los primeros episodio o de la primera temporada. Si no te importa esto, puede resultar en un episodio entretenido.
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