Mientras Kino toma un lancha río abajo y disfruta de un viaje de pesca, se encuentra recordando a las personas que conoció en sus viajes, personas que emprendieron viajes propios en los que ella optó por no intervenir: una mujer que busca venganza por la muerte de su marido; un asesino que espera expiar su pasado violento; la anciana a quien llamó "maestra".
Un cuento de hombres sabios. Kino también recuerda cómo, al quedarse sin combustible, se detuvo en la ermita (lugar de oración) de un viejo sabio. Ahí, encontró a un anciano moribundo y frágil siendo cuidado por una niña. Kino preguntó acerca de su sabiduría, y él respondió que no era sabio. Su actitud hacia la vida fue solo el resultado de experimentos crueles para borrar la autoconciencia, que se cree que es la raíz del deseo y el comportamiento criminal. Sin embargo, el experimento fue un fracaso porque su motivación también se borró, un efecto secundario indeseable. Hermes comenta que la vida de Kino es un poco diferente a la que conocieron en sus viajes, sin embargo, Kino responde que está tratando de vivir su vida conscientemente.
Sería más fácil vivir sin autoconciencia, pero entonces, usted no existiría, lo haría, sin darse cuenta de usted mismo.
Vivió la vida sin un propósito y para el observador externo apareció como un hombre sabio que exaltó el auto sacrificio. En realidad, aquí tienes a un hombre que renunció a su existencia hace mucho tiempo.
Como hasta ahora nos ha presentado, las historias de Kino no Tabi son pensamientos profundos. Me encanta toda la filosofía que la serie brinda a la audiencia.
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