Un episodio con una resolución reconfortante (o parece serlo) pero que también fue muy reveladora, ya que te deja un mensaje claro: "Tu eres el dueño de tu propio cuerpo, la decisión de cambiar alguna parte de el para tu beneplácito o tragedia, es solo tuya y de nadie más".
Su temática de valorarse a sí mismo por su apariencia, es bastante interesante ya que esto (aunque muchos lo vean como superficial) es en cierta manera importante para la autoestima de uno (pero no confundir que las personas menos agraciadas sufren de baja autoestima); pero para bien o para mal esto afecta en gran medida a los jóvenes, chicos o chicas de hoy en día.
Kirara es la chica en el centro de todo esto: no solo es poco atractiva, es tan poco agraciada que los hombres adultos retroceden al verla. Su ira y auto-desprecio atraen la atención de Zunbera; una persona sin rostro que ahora es Yokai a causa de que murió al beber mercurio después de obsesionarse con su propia belleza; quien le ofrece un alma humana con el rostro de una hermosa niña muerta para usar como propia.
Lo que el episodio quiere que nos hagamos la pregunta sobre quién tiene la culpa de todo esto. ¿Es Zunbera, que ofrece belleza imposible lograda fácilmente? ¿Es Kirara, que no puede ver más allá de su espejo, incluso cuando un ídolo popular declara que le gusta por quién no es lo que parece? ¿O es una sociedad que aprueba las crueldades hacia Kirara por ser una ‘niña fea’? Pero la implicación al final, cuando vemos eso, a pesar de que Mana, Kitaro y la chica Gato se esfuerzan por ayudarla, Kirara ha vuelto a Zunbera y ha adquirido una nueva cara convencionalmente bonita, que le ha cambiado la vida. Una cirugía plástica puede cambiarte la vida, para bien o para mal.
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