Director: Stuart Gordon
Una clásica, loca, divertida y hasta quizás innovadora película de horror y sangre. Lo impactante o gracioso es que es extremadamente violento, lleno de desnudos y un humor desagradable/divertido. Quizás no llega a ser tan aterradora pero lo que me encanta es el estilo y ritmo frenético que funciona de una manera torpe e inusual. Se nota que la película es de bajo presupuesto pero sí que lo hicieron crudamente divertida.
Describir lo que ocurre no es meramente estropear el espectáculo, sino invitar a la repugnancia de que la película ha sido lo suficientemente astuto como para equilibrar la sangre y las entrañas con la comedia.
Después de haber salido de una universidad suiza por haber estado implicado en la muerte de su profesor, el joven estudiante de medicina egocéntrico y un tanto maniático, 'Herbert West', es aceptado en la Universidad de Miskatonic. Los funcionarios de la universidad no saben que West inventó un suero que puede devolver la vida a los muertos. Su ayudante en sus experimentos ilícitos es su compañero 'Dan Cain'. West no tiene interés en las consecuencias éticas de sus experimentos. Pero cuando los muertos vuelven a la 'vida' son extremadamente violentos. Lo que sigue es una historia absurda pero cautivadora.
Su humor enfermo no se adapta a todos los gustos. Pero sus excesos y bizarras escenas me encantaron por alguna extraña razón. La escena de amor entre una cabeza decapitada y una joven chica fue digna de ver:). La actuación maníaca y cómica del personaje Herbert West quedo genial.
Por mi parte yo lo destaco como una de las películas de culto más extrañas de la década de 1980.
---Revisado el Martes 06 de Marzo del 2018—
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