Este quizás sea el punto de inflexión en cuanto a la relación de Haruo y Ono, aunque sinceramente esperaba que el día de su encuentro en un torneo de videojuegos sea más poderoso emocionalmente como el día en que se despidieron, pero siguieron la tónica de sus personalidades que no ha cambiado desde que se conocieron.
Después de algunas revelaciones de confesión por parte de Miyao, Haro se dirige al tornero, la oportunidad que ha estado esperando para que su talento en los videojuegos sea reconocido. Y quien más esta ahí, obviamente que Ono el cual será la gran oportunidad para Haruo en enfrentarse a ella. Mientras que cada uno avanza en sus respectivas eliminatorias, se siente como si todo transcurriera tan rápido solo para llegar a un predecible final. En cuanto a la última batalla, nuestros protagonistas tienen un combate parejo pero se siente que falta algo, Ono se está conteniendo en cuanto a usar variedades de técnicas. No es la misma de antes, pero también Haruo ha cambiado desde la primera vez.
Entonces... La participante Ono lucho en las finales con los botones de golpes descompuestos. El gran problema es que ella no dice nada, su silencia es lo que lo hace atractiva pero también puede ser de doble filo.
La escena final del episodio con Haruo reprochando esa actitud de Ono fue el punto máximo que quizás muchos deseábamos que pasara, sin embargo la actitud de Ono es de ser la violenta silenciosa. Aunque esto sirvió, o los golpes sirvieron para que ambos se den cuenta de sus sentimientos mutuos.
Quizás sea extraño pero esta es la manera más efectiva de que los dos puedan demostrarlo. Al menos fue un gran momento cuando Haruo notó su anillo, fue cuando todo se calmó y los golpes de Ono se calmaron.
No creo que haya sido el episodio más destacado pero no hizo ver el desarrollo de la relación de nuestros dos protagonistas, solo queda esperar sobre que pasara con Hidaka. Esa chica también es agradable, incluso a veces más que Ono.
*Posdata: El recuerdo del juego 'Bomberman' fue directo en mi infancia. Ya me dieron ganas de jugarlo.
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